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Sant Pere del Bosc fue adquirida por el indiano don Nicolau Font Maig, que en aquel momento vivía en Jaruco, uno de los municipios de La Habana, en Cuba, y cuyas gestiones fueron llevadas por parte de su primo, que en aquel momento era alcalde Lloret, don Agustí Font Suris. De esta manera, la propiedad quedó en manos lloretenses, impidiendo que de alguna manera se malograra o fuera a parar a manos ajenas a los intereses del pueblo.
Cuando Nicolau Font volvió a Lloret, reformó y restauró el edificio, embelleciendo además, no únicamente el santuario propiamente dicho, sino también sus alrededores. Personas de renombre trabajaron en ello, como el pintor barcelonés Enric Montserdá Vidal o el gran arquitecto modernista Josep Puig y Cadafalch (Mataró, 1867 – Barcelona, 1956). Este último, no solo trabajó en el santuario y sus jardines, sino que de su mano salieron el oratorio a cielo abierto o padrón de la Virgen María, así como las cruces de término que hay a lo largo de la subido hacia el santuario. Las reformas al santuario, no solamente se enmarcaron en los ámbitos de la decoración y la arquitectura, sino que se extendieron a otras campos, tales como la modificación de los “goigs” de la Virgen María de Gracia por parte de Mossèn Cinto Verdaguer Santaló (Folgueroles, 1845 – Vallvidrera, 1902) o en la música, llevada a cabo de la mano del organista y compositor Cándido Candi Casanova (Castelló d'Empúries, 1844 – Barcelona, 1911). Las reformas fueron inauguradas solemnemente el 1 de Mayo del 1898.
En el camino de acceso a Sant Pere del Bosc, fue edificado más tarde, concretamente en el año 1904, el monumento conocido como “L'Angel”. Esta esbelta estatua fue una obra proyectada por Enric Montserdà Vidal y la parte escultórica la realizó, Federico Bechini y Joan Pujol.
Otro monumento que fue construido, pero en es
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